Aimee Semple McPherson, una conocida evangelista de principios del siglo XX, era una excelente comunicadora y reunía a grandes cantidades de personas. Usando el espectáculo y la publicidad, inspiraba a esas personas a donar el dinero necesario para construir una megaiglesia en Los Angeles.

Casi 100 años más tarde, mujeres empresarias usan de nuevo a grandes cantidades de personas para iniciar sus propias empresas, pero ahora lo hacen a través de Internet en lugar de una tienda de campaña, según Stand Out In the Crowd: How Women (and Men) Benefit From Equity Crowdfunding (Destaque entre la muchedumbre: cómo pueden beneficiarse las mujeres [y los hombres] de la financiación colectiva de valores). La investigación la realizó Ventureneer, a una firma que investiga, defiende y educa a mujeres empresarias. Se hizo a encargo de Dell and Ellenoff, Grossman & Schole, una firma legal de financiación colectiva y valores líder en su sector.

Las mujeres empresarias siempre han conseguido dinero unas de otras. Billie Dragoo, de RepuCare, quería ampliar su empresa de personal médico para realizar administración de riesgos en la atención médica y bienestar. No pudo obtener nada de las instituciones financieras. Consiguió reunir $285,000 con la ayuda de amigos y familiares, pero no era suficiente. Dragoo necesitaba más.

Dragoo, que ocupaba un cargo líder como voluntaria en la National Association of Women Business Owners (NAWBO) tanto a nivel local como nacional, recurrió a otra empresaria de éxito que había conocido a través de la organización —Carol Curran de Phoenix Data Systems— para ver si quería invertir. Aunque calificaba para ser una inversionista providencial, Curran nunca había explorado esa opción. Pero invirtió.

La experiencia de Dragoo destaca el poder que tienen las mujeres para ayudarse unas a otras. No debería sorprender que Dragoo ha contribuido a crear alianzas estratégicas en nombre de NAWBO con Indiegogo (una plataforma de financiación colectiva basada en las recompensas) y Portfolia (una plataforma de financiación colectiva basada en valores) para facilitar que las mujeres inviertan en mujeres.

NAWBO y Portfolia tienen un programa piloto en cinco ciudades, incluida Indianapolis, para desarrollar círculos de inversión. El programa permite a los miembros de NAWBO con poder adquisitivo descubrir oportunidades de inversión. Dragoo está facilitando que las mujeres que forman parte de una comunidad, en este caso NAWBO, inviertan las unas en las otras.

Las integrantes de Women Presidents’ Organization (WPO) ya se financian unas a otras a nivel de sección, según la Dra. Marsha Firestone, fundadora y presidenta de WPO, una organización de asesoría entre pares, para mujeres propietarias de empresas multimillonarias.

Pero las relaciones personales no siempre son suficientes. Como McPherson, a veces es necesario comunicarse con personas que no están en nuestra agenda. Y eso es lo que consigue hacer la financiación colectiva.

Las plataformas en Internet centralizan y perfilan la financiación

La financiación colectiva obtiene dinero de un grupo de personas mediante plataformas en Internet, usando redes sociales y medios tradicionales. Stand Out In the Crowd (Destacar entre la muchedumbre) aborda cómo pueden las mujeres usar dos tipos de financiación colectiva para empezar y hacer crecer sus empresas.

 Financiación colectiva basada en recompensas: Los financiadores reciben un artículo tangible o un servicio por su dinero. Algunas empresas cobran el costo del artículo a los clientes antes de fabricarlo, otras usan esta oportunidad para probar productos o recolectan dinero a cambio de un regalo de agradecimiento. Sitios web como Indiegogo, Kickstarter y Plum Alley coordinan las transacciones.

Financiación colectiva basada en valores: Los inversionistas reciben una participación en la empresa. Actualmente, solo amigos, familiares e inversionistas acreditados (es decir, personas adineradas) pueden invertir en los Estados Unidos en una empresa para obtener participaciones. Pueden hacerlo a través de sitios web como AngelList, CircleUp, Crowdfunder y Portfolia.

“Invertir a través de una plataforma de financiación colectiva les permite a las integrantes de WPO y a otras mujeres empresarias de éxito distribuir el riesgo al invertir una cantidad más pequeña con un grupo mayor de personas. Les facilita financiar a otras mujeres empresarias”, comenta Firestone. Otro beneficio, añade Firestone, es que es más probable que las mujeres inviertan en empresas orientadas al consumidor, que tradicionalmente consiguen menos inversores providenciales y de capital de riesgo que las empresas tecnológicas.

Un aumento satisfactorio de las recompensas impresiona a los inversionistas

Las nuevas empresas pueden demostrar a los posibles inversionistas que sus productos tienen futuro, usando primero una campaña basada en las recompensas.

Sara Andrews, de Bumbleroot Foods, elabora bebidas y refrigerios de frutas súper nutritivas que se cosechan de forma silvestre en África. Recolectó dinero mediante una campaña basada en las recompensas en Indiegogo, con el objeto de fabricar y distribuir su bebida. La campaña basada en las recompensas tuvo el éxito suficiente y le permitió obtener financiación colectiva.

Julie Bombacino, de Real Food Blends, prepara nutritivas comidas a partir alimentos reales en envases adaptados para tubos de alimentación. Recolectó dinero mediante una campaña basada en las recompensas en Indiegogo para cubrir los costos de producción, distribución y marketing. Está convencida de que fue su exitosa campaña de recompensas la que le ayudó a obtener $550,000 adicionales fuera de Internet.

La financiación de valores mediante financiación colectiva puede hacerse de forma pública o privada. Si lo hace de forma pública, debe verificar que sus inversores estén acreditados (es decir, que sean viables económicamente).

Kara Goldin, Hint Inc., prepara agua de sabores sin edulcorantes añadidos. No consiguió mucho intentando obtener financiación institucional para ampliar su modelo de comercio electrónico. Pero recaudó 2 millones de dólares en 10 días entre sus fanáticos más fieles: los empleados de empresas de tecnología en Silicon Valley. Para evitar tener que pasar por la verificación, recaudó dinero por Internet.

Otras empresas recaudan capital de financiación de forma pública. Tawnya Falkner creó Le Grand Courtage, una línea de vinos espumosos. Su empresa recaudó $400,000 para inventario y marketing. El año pasado, los ingresos de su empresa crecieron un 450 %.

Courtney Nichols Gould y su marido fundaron SmartyPants Vitamins. Ha crecido un 200 % anualmente desde su lanzamiento hace cinco años. En mayo de 2014, SmartyPants cerró una financiación de 2.2 millones de dólares.

La financiación colectiva es una oportunidad por descubrir para las mujeres empresarias, como se documenta en Stand Out in the Crowd, que proporciona información tangible y sobre la que se puede actuar, como referencias del sector, estudios de caso, información de expertos y consejos de empresarios e inversionistas. Para obtener una copia gratuita, visite Ventureneer.com